Quema de libros en Berlín en 1933
Quema de libros en Berlín en 1933

El Museo de Pérgamo de Berlín, del que hablábamos en el anterior post, se encuentra muy cerca de otro de los lugares emblemáticos de la ciudad alemana: la plaza de la Opera, donde tuvo lugar la famosa quema de los libros por parte de los nazis. La acción tuvo lugar el 10 de mayo de 1933 y fue organizada por estudiantes y profesores del partido nazi que planearon una quema pública de aquellos autores que consideraban nocivos, eran opositores de las proclamas nazis y que, según ellos, representaban el espíritu anti-alemán. No se me ocurre una forma más radical de ejemplificar la censura y la falta de libertad que quemar un libro. Es uno de los mayores actos de violencia simbólica que podemos ejercer como seres humanos. Que, por cierto, me recuerda tristemente a los últimos acontecimientos en Palmira…

“Fahrenheit 451” de Ray Bradbury

Quemar libros me lleva inevitablemente a un libro, en el que, precisamente se queman libros. “Fahrenheit 451” es la temperatura a la que le papel arde y también el título que Ray Bradbury dio a esta obra publicada en 1953. Nos presenta una sociedad distópica -ahora que parece que este término está tan de moda- en la que el control sobre la población lleva a la obligatoriedad de la destrucción de todos los libros, no aquellos que se consideren nocivos, sino todos, sin excepción. Hasta tal punto es necesaria su quema, que se ha creado un cuerpo institucional para velar por la seguridad de los ciudadanos, realizando un seguimiento de aquellos que todavía los esconden de forma fraudulenta y quemando los que van incautando. Quién mejor para hacer una quema profesional que el cuerpo de bomberos. ¿Cuestionará alguien este sistema y se desmarcará para evitar la extinción de los libros?

La obra de Bradbury, publicada poco después del fin de la II Guerra Mundial, recoge el escepticismo de aquella época ante un mundo occidental fragmentado y destruido, ante los regímenes totalitaristas, ante la censura. Por este motivo, me recuerda mucho a “1984” de George Orwell, novela en la que también el estado controla, vigila y supervisa al individuo para evitar que se signifique de la masa. Cuenta con una interesante versión cinematográfica, que os presento a continuación.

Farenheit 451, Truffaut

La novela fue llevada al cine por François Truffaut en 1966. Truffaut, uno de los máximos representantes de la Nouvelle Vague francesa, nos presenta un mundo alienado y mecanizado, que no da cabida a la emoción y al individuo, pero en vez de hacerlo en los tonos grises a los que nos tienen acostumbradas estas distopías, lo hace a través de una estética pop de colores ácidos, muy propia de su época. Su protagonista es Julie Christie, que interpreta el doble papel de la esposa de Montag, el bombero protagonista, y Clarisse, la joven que hace cuestionarse a Montag el sentido de su trabajo. Clarisse no sólo le abre una puerta a Montag hacia el mundo de los libros y lo que éstos tienen que ofrecerle, sino que le recuerda lo que son los sentimientos y las emociones, algo totalmente eliminado en este mundo en el que la esposa de Montag sólo empatiza y se conmueve ante lo que ve en la gigantesca pantalla de televisión que mira obnubilada todo el día. ¿Os suena?