El que avisa no es traidor. Decíamos la semana pasada que después de dedicar un post a la Dama de Ampurias qué menos que hablar en el siguiente del propio yacimiento. Y es que bien lo merece: Ampurias es la única ciudad griega que podemos visitar en la Península Ibérica. Pero tiene mucho más que ofrecer.

Emporion

La Ampurias griega (foto: TripAdvisor)

A partir del s. VII a. C. las principales polis o ciudades griegas comenzaron a ver la necesidad de aventurarse a explorar el Mediterráneo y fundar colonias en las que poder establecerse. Por un lado, navegaron hacia el Mar Negro y, por otro, hacia la parte occidental del Mediterráneo donde se fueron repartiendo los territorios con los otros grandes colonizadores de aquel momento, es decir, los fenicios.

En territorio peninsular, los griegos establecieron contactos comerciales con los íberos, habitantes indígenas de la zona Mediterránea, y se asentaron de forma más estable en puntos concretos. El asentamiento más importante fue el de Emporion, nombre que hace referencia a su vocación comercial, y que fue fundado por colonizadores procedentes de Focea.

El primer asentamiento tuvo lugar en un pequeño islote, al que le dieron el nombre de Palaiapolis o Ciudad Antigua. Se produjo a comienzos del s. VI a. C. Desde ahí establecieron los primeros contactos con los indiketes, los habitantes indígenas de la zona, pertenecientes al mundo íbero. La ocupación en tierra firme vino dada a través de la fundación de la Neápolis, que visitamos hoy en día.

La prosperidad tuvo que ver principalmente por la actividad comercial. La ciudad griega se fue poblando de espacios y edificios públicos, entre los que se pueden identificar el agora (el equivalente a una plaza pública), la stoa o pórtico, o el Templo de Asclepios. Este templo, conocido como Asklepeion, data del s. II a. C. y funcionaba como un centro terapéutico, además de como lugar de culto. También con funciones religiosas, el Serapeion estaba dedicado a Zeus Serapis, una divinidad sincrética, creada en el Egipto helenístico, que mezclaba elementos griegos con elementos egipcios. También podemos pasearnos entre las viviendas privadas o reconocer un pequeño mercado.

Templo de Asclepios (foto: Time Travel Rome)

La visita a Ampurias es realmente recomendable no sólo por su interés arqueológico sino por el paisaje del lugar. La playa que se encuentra a los pies del yacimiento, y que conserva restos del puerto antiguo, es el lugar perfecto para terminar la visita.

¿Echáis de menos algo? Ah, ¿que no he mencionado nada de la Ampurias romana? La semana que viene más y mejor.