Harald Blatand o Bluetooth, el rey vikingo del que hablábamos la semana pasada, está enterrado en la Catedral de Roskilde. ¿Os apetece visitar su tumba? Vamos allá.

Roskilde

Esta encantadora ciudad danesa está a media hora en tren de Copenhague, la capital del país, y bien merece una visita si disponéis del tiempo suficiente. El Vikingmuseet, del que hablaremos en el próximo post, tiene una colección excepcional de barcos vikingos. La ciudad también es famosa por su festival de música anual. Pero Roskilde ofrece otros puntos de interés, entre los que podemos destacar su catedral. Desde la estación de tren hasta la catedral hay un paseo de unos quince minutos por una animada calle peatonal, llena de comercios y cafés.

Roskilde

Centro de Roskilde (foto: Wikimedia Commons)

La catedral de Roskilde

En realidad Harald Blatant no fue enterrado en la catedral actual, sino en una iglesia anterior, de madera, que él mismo mandó edificar hacia el año 980, después de haber fundado Roskilde como lugar de residencia y haberla convertido en al capital vikinga de Dinamarca desde este momento hasta el s. XV. Harold, que había adoptado el cristianismo, dedicó esta primitiva iglesia a la Santísima Trinidad, según nos cuentan los escritos de la época. Siglos después se construyó la iglesia que conocemos hoy en día, en la que no se preservó la tumba del rey ni la de su hijo, Sweyn Forkbeard, también enterrado allí.

Para los que estamos acostumbrados a una arquitectura monumental en piedra, como es el caso de las grandes catedrales españolas, sorprende ver un edificio de las dimensiones de la catedral de Roskilde construido en ladrillo. Su edificación, de estilo gótico, se inició alrededor de 1170, aunque fue siendo ampliada con nuevas naves con el paso del tiempo.

Es especialmente famosa en Dinamarca por recoger en su interior, desde el siglo XV, los enterramientos de la familia real danesa, tradición que se ha mantenido hasta nuestros días. Casi cuarenta reyes y reinas yacen en el interior de la catedral. Por su monumentalidad -sus torres pueden verse desde cualquier punto de la ciudad- y su valor histórico y político se ha convertido en el gran símbolo de Roskilde. Al estar justo detrás de la plaza del Ayuntamiento, conforma un conjunto monumental de gran interés.

Otras de las bellezas que ofrece esta ciudad danesa es el Fiordo de Roskilde, un bellísimo paisaje de campos que llegan directamente al mar. Pero para hablar con más detalle de la presencia marítima en la antigua capital vikinga nos hemos desplazar hasta el Museo de los Barcos Vikingos. Sigue nuestro viaje…