Hoy contamos con un post invitado, de la mano del pintor José Luis Noain.

Los studiolos

El documental “El ducado de Urbino”, de la serie dirigida por Davide Rinaldi, Italia Oculta, en su recorrido por el palacio ducal de Federico de Montefeltro en el que se muestran imágenes de una de sus piezas más sobresalientes, el Studiolo, me deja desconcertado, pues creía haber visto esta pieza hace años en el Museo Metropolitano de Nueva York. Con la inestimable ayuda de Internet, tras somera consulta, salgo de mi incertidumbre al verificar que se han conservado dos Studiolos muy semejantes: uno, el del Duque Federico de Montefeltro en su Palacio de la ciudad de Urbino y otro el de su hijo Guidobaldo en el palacio edificado también por su padre para residencia veraniega en la cercana localidad de Gubbio.

¿Qué es un studiolo?

Aun suponiendo espontánea la asociación de las palabras “studiolo” y “estudio”, no está de más precisar que en el Renacimiento italiano se designaba así a la estancia en la que el señor de un palacio guardaba sus libros y objetos artísticos de carácter cultural, utilizándolo como gabinete de estudio.

Los studiolos Montefeltro

Palacio ducal de Gubbio
Palacio ducal de Gubbio (foto: Exploring Umbria)

El artículo de Cristina Alvarez Magliano, “La historia del studiolo de Gubbio” resuelve mis dudas sobre la doble existencia de la singular estancia: “El Studiolo de Urbino -hoy un Monumento Nacional Italiano- está todavía en su sitio original, en exhibición en el Palacio Ducal convertido en museo. Pero el studiolo de Gubbio fue desmantelado y vendido en 1874 al Príncipe Filippo Massimo Lancellotti y enviado en tren a Roma, más tarde a Venecia y vendido en 1938 a Adolfo Loewi, quien milagrosamente pudo enviarlo desde Italia a Estados Unidos antes de la II Guerra Mundial, arribando a Nueva York en abril de 1939. El Museo Metropolitano adquirió el famoso cuarto renacentista y lo mostró hasta 1966, cuando pasó a restauración- varias veces pospuesta-finalmente terminada en 1996; desde entonces en exhibición hasta hoy”

La guía del museo Metropolitano de Nueva York, dentro de la sección Escultura y Artes Decorativas Europeas, confirma el dato sobre el conjunto procedente de Gubbio y lo ilustra con la foto de uno de los paneles:

“Taraceado de nogal, haya, palisandro, roble y maderas frutales sobre una base de nogal; altura 4,85 m, longitud 5,18 m, anchura 3,84 m… las puertas de celosía de los armarios, que aparecen abiertas o parcialmente cerradas, demuestran el gran interés de la época por la perspectiva lineal… Esta habitación pudo haberla diseñado Francesco di Giorgio (1439-1502) y otros. La construyeron Baccio Pontelli (c. 1450-1492) y sus ayudantes”.

Palacio ducal de Urbino
Palacio ducal de Urbino (foto: Cossio)

Otras fuentes indican que las dos estancias ducales las realizaron artistas flamencos, especializados en la técnica de la taracea (diseño decorativo por ensamblado de piezas de madera sobre un panel soporte), entre 1473 y 1476 el primero de ellos, y entre 1479-1482 el segundo. Así mismo se dice que en el diseño intervinieron seguramente los artistas italianos Melozzo da Forli, Baccio Pontelli y Giuliano da Maiano. Nada apunta a la posible intervención de Piero de la Francesca; sí, en cambio, a su relación con los duques, padre e hijo, atestiguada, entre otras obras, por los retratos de Federico y su esposa Battista Sforza y la dedicatoria a Guidobaldo de su tratado “Libellus de quinque corporibus regularibus”- Librito de los cinco sólidos regulares. También consta su relación con los artistas citados y con el matemático y paisano Luca Pacioli.

Excusando la valoración de los tableros taraceados y, también, la descripción y el análisis de los veintiocho retratos que, a modo de friso superior, ornamentaban la citada estancia de Urbino, realizados por Justo de Gante y Pedro Berruguete, aventuro algunas consideraciones sobre el estudio y desarrollo inicial de la perspectiva, aquí tan acertadamente utilizada en la solución de trampantojos, escorzos y efectos lumínicos.

B. Sforza y Federico de Montefeltro. Piero de la Francesca (foto: Galería Ufizzi)

¿Quieres conocer qué es exactamente la perspectiva y cómo se inició en el Renacimiento? Te lo contamos la semana que viene…