Violín, China (etnia han)

Violín, China (etnia han). Exposición “Instrumentos del lejano Oriente” (foto: autora)

Cuando nos aproximamos por primera vez al proyecto “Música para ver” da la sensación de que estamos ante una iniciativa institucional, tal vez promovida por un museo, alguna entidad pública o una empresa privada que ha empleado parte de sus fondos para crear una colección de tal envergadura. Pero cuando conocemos la historia que hay detrás, nos encontramos con un proyecto personal, llevado a cabo exclusivamente desde la pasión, y desde la ilusión por conocer y mostrar a todo aquel que esté interesado algo que nos une a todos los seres humanos: la música.

Lourdes Yarza y José Luis Loidi comenzaron a coleccionar instrumentos musicales, de carácter etnográfico, hace ya cuarenta años. Según iban incorporando piezas, a través de sus viajes o la adquisición en comercios y en Internet, fueron profundizando en la organología -ciencia que estudia los instrumentos musicales y su clasificación- y en todo el conjunto de ritos, ceremonias y creencias que acompaña a cada uno de estos instrumentos y las actividades en las que intervienen. Y es que la música en las sociedades tradicionales suele ir aparejada a la celebración de festividades, acontecimientos importantes para el grupo social o rituales de carácter religioso.

Una colección imparable

Aquello que empezó como un mero pasatiempo anecdótico se ha convertido hoy en una extraordinaria colección, albergada en un almacén en Irun, que cuenta con más de 4.000 instrumentos representando a 175 países de los cinco continentes y a todas las familias musicales. La gran mayoría de ellos están decorados por lo que, más allá de su valor organológico, constituyen auténticas muestras del arte tradicional.

José Luis Loidi y Lourdes Yarza con colección. (Foto: Lusa, Diario Vasco)

José Luis Loidi y Lourdes Yarza con colección. (Foto: Lusa, Diario Vasco)

 

Lourdes y José Luis no se limitan a coleccionar, catalogar y conservar. Su pasión por la música y los tesoros de su colección les lleva a intentar mostrar parte de los instrumentos en exposiciones temporales. Ya han realizado 125 de estas muestras, siendo una de las últimas la titulada “Instrumentos del lejano oriente“, que puede visitarse en Irun hasta el 27 de febrero de 2022 y que exhibe unos 300 instrumentos.

Instrumentos del lejano Oriente

Tal y como se explica en el catálogo de la muestra, Asia es probablemente el continente con mayor número de culturas musicales y con mayor diversidad de instrumentos. Según la región geográfica, la música se vinculaba con un tipo diferente de actividad. Así, en China, donde consideraban que la melodía y el sonido del instrumento quedaba por encima del ritmo y la melodía, la música tenía mucho que ver con las prácticas budistas. En Indonesia, se relacionaba con la danza y con el teatro de marionetas y sombras. También en Japón se vinculaba con espectáculos, como en el caso del teatro no, que combina canto, danza, música y drama cantado, o del teatro kabuki, donde emplean el shamisen, un laúd de tres cuerdas. Eso sí, todas las prácticas musicales asiáticas tienen en común que sirven para levantar el ánimo y expulsar a los malos espíritus.

Instrumentos del lejano Oriente.

Instrumentos del lejano Oriente. Centro Cultural Amaia de Irun (foto: autora)

Cada pueblo, cada etnia, cada cultura deja su impronta en la ornamentación con la que decoran los instrumentos. Algunos de ellos se convierten en auténticas piezas de arte que reflejan el universo simbólico del grupo que los fabricó. Es el caso del morin khuur, el llamado “violín-caballo”, utilizado en Mongolia, donde los caballos forman parte habitual de la cultura del pueblo mongol y de su vida cotidiana.

¿Os sumáis a este viaje, a través de la música?