Una sorpresa en pleno centro de Niza

Muchas veces las visitas más inolvidables son aquellas que no te esperas y que juegan con la sorpresa del descubrimiento. Paseando por las calles de Niza, sin más expectativas que disfrutar de la bella ciudad francesa y de su famoso paseo marítimo, la Promenade des Anglais, me topé con un letrero que anunciaba el Museo de Terra Amata.

El nombre enseguida me resonó, ya que es uno de los yacimientos paleolíticos europeos más emblemáticos, que conocía desde mis tiempos universitarios. Lo que no recordaba -o nunca supe- es que la excavación tuvo lugar en pleno centro de Niza y que se construyó un museo en el punto exacto donde aparecieron los restos arqueológicos. El yacimiento se encuentra hoy en día a 26 metros sobre el nivel del mar y a 300 m de la línea de costa. Sin embargo, en su momento de ocupación original estaba a pie de costa.

Terra Amata

Excavaciones en Terra Amata en 1966

Excavaciones en Terra Amata en 1966

¿Cómo se produjo el hallazgo? En 1966, se localizaron varios restos prehistóricos durante la construcción de un inmueble en Niza, en un lugar conocido como Terra Amata. Por aquel entonces, la Arqueología Preventiva no existía como tal y no era obligatorio llevar a cabo una investigación arqueológica en este tipo de intervenciones. El entusiasmo del prehistoriador Henry de Lumley le llevó a negociar con los promotores de la obra y finalmente estos le dieron permiso para intervenir en el lugar, en lo que fue una excavación arqueológica que se prolongó durante varios meses.

Los resultados fueron asombrosos: varios niveles de habitación con más de 28.000 objetos datados entre los 400.000 y 380.000 años de antigüedad, es decir, en el Paleolítico Inferior, una época en la que en Europa no se prodigan los hallazgos. En aquel momento, la ocupación se asoció con el Homo Erectus. Las recientes investigaciones en evolución humana identifican hoy en día a Terra Amata con el Homo Heidelbergensis, una especie exclusivamente europea.

La mayoría de los yacimientos paleolíticos europeos se localizan en cuevas. Sin embargo, Terra Amata era un espacio de ocupación al aire libre donde las y los Heidelbergensis construyeron varias viviendas. La más antigua, de 400.000 años, se instaló sobre una playa de guijarros; la más moderna, de 380.000, sobre una duna de arena. Nada de la construcción de la cabaña ha sobrevivido, ya que se llevó a cabo con materiales orgánicos muy perecederos. Pero se han conservado una serie de vestigios que permiten su recreación: un alineamiento de piedras que marca su límite, y una acumulación de restos de talla y deshechos de alimento, que indica el perímetro de la zona interior.

Cabaña de Terra Amata

Recreación de la cabaña de Terra Amata

Hendedor de Terra Amata

Hendedor de Terra Amata

Además de las huellas de las viviendas, el equipo investigador localizó un taller de talla lítica. En algunos casos se han podido incluso reconstruir el proceso tecnológico de la talla, ya que se ha conservado el núcleo de piedra y las lascas obtenidas del mismo. También salieron a la luz distintos ejemplos de choppers, chopping tools, bifaces y hendedores, todas ellas piezas características del Paleolítico Inferior.

El yacimiento deparaba otra sorpresa: en el interior de una de las cabañas, se identificaron los restos de un hogar. Se trata de uno de los testimonios más antiguos de la humanidad del uso del fuego.

 

El Museo de Terra Amata

Viendo el interés de los resultados de la investigación, Lumley propuso la creación de un museo en el preciso lugar donde se habían excavado los restos. El proyecto fue aceptado por el Ayuntamiento de Niza y el museo se inauguró en 1977. Para ello, se hizo una réplica exacta del suelo de habitación donde se había rastreado la presencia de la cabaña. Algo similar, aunque por otros motivos, se hizo en el espectacular yacimiento neolítico de Lepenski Vir.

Lo que vemos en Terra Amata, no es aparentemente más que un suelo de arena con piedras colocadas aleatoriamente. En realidad, es la reproducción exacta del suelo de una de las viviendas más antiguas conservadas en todo el continente europeo y una de las muestras más ancestrales del uso del fuego por parte de los homínidos. Son estos elementos los que nos permiten conectar con el pasado y sentir una descarga de emoción al visitar Terra Amata.

Museo de Terra Amata

Museo de Terra Amata con réplica del yacimiento