En un blog en el que hablo de Arte, Historia y Arqueología, puede resultar extraño dedicar una entrada a unos dibujos animados, ¿no? Pero es que, cuando conocí el origen del nombre de las más famosas ardillas de la historia del cine y de la televisión, me pareció una historia que había que compartir.

Chip y Chop (imagen: Disney Store)

Chip y Chop

Las célebres ardillas animadas de Disney fueron creadas en el año 1943, cuando aparecieron en un corto, dirigido por Clyde Geromini, con Pluto como protagonista. El simpático perro es un soldado que se encuentra con que uno de los cañones del ejército ha sido utilizado por las ardillas para guardar su cosecha de bellotas. Como os podréis imaginar, Chip y Chop vuelven loco a Pluto, que terminará volando por los aires y siendo el proyectil utilizado por las traviesas ardillas para que les abra sus bellotas.

Ardilla chipmunk

Ardilla chipmunk (foto: Gilles Gonthier/Wikimedia Commons/CC BY 2.0)

El nombre de Chip se escogió a partir del término inglés «chipmunk«, un tipo de ardilla listada que es una especie propia de Norteamérica. Fue Bill «Tex» Henson, artista del estudio Disney, quien, a partir de este primer término, propuso un juego de palabras para bautizar a su compañera como Dale. De esta manera, el nombre conjunto de las dos ardillas, que pronto se hicieron muy populares entre el público, era Chip and Dale (Chip ‘n’ Dale), recordando fonéticamente a Chippendale, a quien de esta peculiar manera homenajeaban. La traducción al castellano como Chip y Chop cambió totalmente el juego de palabras. Supongo que consideraron que el público hispanoparlante no iba a tener ni idea de quién era este personaje y que era mucho mejor dejarlo en un nombre redondo y resultón.

¿Quién era Chippendale?

Porque la cuestión, efectivamente, pasa por saber quién era Thomas Chippendale (1718 – 1779). De la misma manera que Chip y Chop viven en los troncos de los árboles, Chippendale hizo de la madera su modo de vida, ya que fue un famoso ebanista y diseñador de muebles del s. XVIII. Fue tan célebre en su época que dio nombre a todo un estilo de muebles típicamente ingleses, con influencias rococó, neoclásicas y orientales. Trabajó para lo mejor de la nobleza británica, decorando sus castillos y palacios. Como cuentan en el blog sobre decoración San Rafael, Chippendale publicó en 1754 el que se considera el primer catálogo de muebles de la historia, bajo el título «El Caballero y el Ebanista«, un título de lo más sugestivo que a mí me suena más a cuento de hadas que a un libro sobre diseño mobiliar. Vendía sus muebles en un taller abierto al público en el barrio de Covent Garden de Londres, al que acudía lo mejorcito de la sociedad británica.Sus muebles tienen tanto prestigio que forman parte de las colecciones de Artes Decorativas de algunos de los mejores museos del mundo, entre los que se encuentran el Metropolitan de Nueva York.

Silla Chippendale (foto: Metropolitan Museum de Nueva York)