Culto a los muertos, ritos funerarios, tradiciones ancestrales. La argizaiola, elemento principal de las tradiciones funerarias en Euskal Herria. Y flores. Sí, ¿por qué no flores? Son las flores de “Loreak” las que nos dicen que éstas sirven para recordar a los que se han ido, pero que también sirven para expresar, para decir sin palabras, para amar y hacer ver que amamos. Es la historia de “Loreak” un cuento circular en el que son las flores las que nos van llevando por la historia de tres mujeres.

Loreak

LoreakHa sido recientemente noticia la presentación de “Loreak” como película española a los Oscar, la primera rodada en euskera que logra este objetivo. No me sorprende esta noticia ante una historia cotidiana, melancólica, real, vívida y vivida, contada a través de unos personajes a los que acabamos queriendo y sintiendo como nuestros, con planos lentos sin llegar a hacerse lenta, bellas imágenes cortadas en dos por los quicios de las ventanas o un rayo de luz. ¿Qué une a Ane, Lourdes y Tere? El dolor, el amor y la necesidad de recordar u olvidar, dos caras, al fin y al cabo, de la misma moneda. Y esas flores. Planos paralelos los que nos muestran, primero, las flores recibidas por Ane, con un precioso travelling que va encadenando un ramo tras otro, y después, las flores que, esta vez, Ane depositará en ese traumático rincón de la carretera.

Los directores, Jon Garaño y José Mari Goenaga, son ya considerados de lo que se está etiquetando como “nuevo cine vasco”. Tras el reconocimiento de su ópera prima “80 egunean”, están recogiendo todo tipo de galardones con “Loreak”.

Fotograma de Loreak

Un otoño sin Berlín

Un otoño sin BerlínCon un estilo narrativo similar, la semana que viene se estrena en los cine “Un otoño sin Berlín“, ópera prima de Lara Izagirre. June, magistralmente interpertada por Irene Escolar y galardonada por su papel en el pasado Festival de Cine de San Sebastián, regresa a su pueblo natal después de un tiempo fuera. Se va reencontrando con aquellas personas que dejó al marcharse, su padre, su hermano, su mejor amiga, su novio. La historia nos irá siendo ido desvelada, poco a poco, según avance la película, para terminar entendiendo el por qué de la huida de June y cómo ésta ha afectado a sus seres queridos.

Tanto “Loreak” como “Un otoño sin Berlín” son historias cotidianas, con gente cotidiana como la que tenemos alrededor y como la que somos nosotros mismos. Pero todos ellos protagonizan historias extraordinarias, también como las que protagonizamos nosotros mismos sin ser conscientes de ello. Es un cine cercano, emotivo y sugestivo.