Parece inevitable que si nos dejamos llevar por el hilo natural de la ruta pasemos de hablar de la película «Un otoño sin Berlín» a la ciudad que aparece mencionada en su título, ¿no os parece? Así que ya tenemos siguiente parada en nuestra ruta de viaje. Pero ¿qué escoger de Berlín, una ciudad fascinante, antigua y contemporánea a la vez, en la que cada esquina, cada fachada de un edificio, cada adoquín conservado, están impregnados del peso de la historia? ¿Hablamos de la II Guerra Mundial, del muro, de su arquitectura contemporánea, de la Bauhaus, de la Filarmónica? Me temo que, por lo menos en este post, vuelve a ganar la Arqueología, así que enfilamos hacia el Museo de Pérgamo.
El Museo de Pérgamo
El Museo de Pérgamo es uno de esos mastodónticos -en el buen sentido de la palabra- museos de Arte y Arqueología que encontramos en las grandes capitales del mundo y que se nutren, mayoritariamente, de colecciones ajenas que fueron atesorando desde los primeros viajes de exploración y procesos colonizadores allá por el s. XIX.
En el caso de este museo berlinés, a la altura del Louvre en París o del British Museum de Londres, destacan joyas arqueológicas procedentes de las primeras excavaciones germanas en ciudades como Babilonia (actual Irak) o Pérgamo (actual Turquía). Junto con una colección de esculturas y artefactos realmente notable, hay dos monumentos que destacan por encima de los demás y que pertenecen, respectivamente, a las dos ciudades mencionadas: la Puerta de Isthar en Babilonia y el Altar de Pérgamo.
Toca elegir de nuevo y esta vez nos vamos a Turquía. Pérgamo fue una de las ciudades más importantes de Jonia o Asia Menor, y su esplendor se dio principalmente en época helenística (s. III-II a.C.), bajo el mandato de la dinastía Atálida. Hay que recordar que estas ciudades hoy situadas en Turquía entonces eran tan griegas como cualquier ciudad del Peloponeso y así se reconocía en su estructura urbana y principales monumentos. Pérgamo contaba con un diseño de monumentalidad y teatralidad estudiada y cualquiera que se aproximara a la ciudad quedaba asombrado en la distancia por la envergadura de su teatro o los monumentos que presidían la acrópolis, la parte alta de la ciudad.
La experiencia de visitar ese museo fue una de las que mas me han impactado. En realidad Berlin en conjunto es increible
Totalmente de acuerdo, Ramón!