Croissant (foto: frenchmorning.com)
¿Cómo se inventó el croissant?
Curiosamente, de un episodio violento surgió algo muy dulce: el croissant. Seguro que muchos pensáis que es de origen francés, ¿verdad? Pues nada que ver con la realidad… Corría el año 1683 y los soldados otomanos, al mando del gran visir Kara Mustafá, sitiaban la ciudad de Viena. Tras varios intentos de asalto que no llegaron a buen fin, los turcos decidieron atacar Viena por sorpesa. Su estrategia consistió el socavar el terreno para, en vez de asaltar las murallas, pasar por debajo de las mismas. La operación comenzaron a llevarla a cabo de noche para evitar que las tropas vienesas identificaran su intención.
Y ya que hablamos de la repostería vienesa, despidamos este post con otro dulce recuerdo: la tarta Sacher. Fue inventada en 1832 por Franz Sacher, entonces joven aprendiz de repostería, para deleitar a un selecto grupo de invitados del príncipe Klemens Wenzel von Metternich.
Tarta Sacher (foto: Wikipedia)
Eduard, el hijo mayor de Franz Sacher, fue aprendiz de repostero en la confitería vienesa Demel. Allí empezó a confeccionar la tarta de su padre en la forma que hoy se conoce. La propiedad de la receta fue motivo de disputas legales a mediados del siglo XX entre los herederos de Sacher (dueños del hotel) y la pastelería Demel. La justicia dictaminó que el hotel tenía derecho a comercializar el dulce con el apelativo de Original Sacher-Torte, mientras que Demel debía hacerlo como Eduard Sacher-Torte.
Pastelería Demel, Viena (foto: www.holidaycheck.at)
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