A partir de ahí, los protagonistas comienzan su aventura emocional, adentrándose en la historia y personalidad del otro a través de inteligentes diálogos que se van deslizando por los distintos escenarios de Viena. En algunos momentos, reconocemos algunos de los espacios más característicias de la ciudad: el monumental perfil del Museo Kunsthistorisches o la noria del Prater que llevó a la fama «El tercer hombre«. El resto del tiempo paseamos sosegadamente por rincones desconocidos de la ciudad, por sus calles adoquinadas, por los muelles a orillas del Danubio; espacios nocturnos que, al final de la película, nos costará reconocer cuando el director nos los presente, ya a la luz del día, como un álbum recuerdo de la historia de los dos protagonistas. En su camino, se irán entrecruzando con curiosos personajes que viven fuera de los convencionalismos y que generarán nuevas situaciones con las que Celine y Jesse interactuarán.
No hay duda de que algo surge entre ellos y de que la película termina por convertirse en una historia de amor, por muy poco convencional que sea. ¿Pero hay futuro para esta historia surgida del azar? Siento spoilearos la película, si no la habéis visto, pero Celine y Jesse se despiden en las vías del tren, justo antes de que ella retome su regreso a París, y prometen volver a verse en ese mismo lugar, dentro de seis meses. No se intercambian teléfonos, ni direcciones; mucho menos emails que por aquella época apenas existían. ¿Acudirán a su cita?
Nos costó casi diez años dar respuesta a esta última pregunta. Pero Linklater, amigo de experimentos cinematográficos como el de «Boyhood», volvió a juntar a sus dos personajes en «Antes del atardecer» (Before Sunset, 2004). Los mismos actores, la misma historia, diez años después. Volvió a hacerlo en «Antes del anochecer» (Before Midnight, 2013) otros diez años después. Poder rastrear la historia de Celine y Jesse, a lo largo de 20 años, en tres escenarios distintos, Viena, París y Grecia, con los mismos actores reencontrados y la misma historia reconstruida es un ejercicio cinematógrafico maravilloso. Y muy recomendable para el espectador.
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