Brujas, la Venecia del norte
Poblada de canales, monumentales construcciones como el Ayuntamiento o la Iglesia de Nuestra Señora, casas medievales maravillosamente conservadas y melancólicos rincones, esta ciudad es parada obligada en una ruta por Bélgica. Es una excursión perfecta desde Bruselas y puede combinarse con la también maravillosa Gante. Brujas, cuyo nombre original en flamenco en Brugges, ofrece al visitante una visita patrimonial, incluyendo sus iglesias, edificios más notables y el museo de arte Groeningemuseum, o un paseo en el que simplemente nos dejemos llevar descubriendo la ciudad según avanzamos.
Uno de los espacios más espectaculares de Brujas es la Plaza del Mercado o Grote Markt. La importancia de este lugar tuvo que ver con el desarrollo del comercio de la lana, que ya desde época medieval se convirtió en la base de la prosperidad de Flandes. La plaza está presidida por la inmensa torre del Campanario, del s. XIII, con un total de 83 metros de altura y planta octogonal en su último tramo. La estatua situada en el centro de la plaza representa a Jan Breydel y Pieter de Coninck, dos héroes flamencos que se resistieron a la dominación francesa en la Batalla de las Espuelas Doradas en el año 1302. El Juzgado Provincial, muy en consonancia con el estilo arquitectónico de la plaza, es en realidad neogótico y data de finales del s. XIX. Las coloridas fachadas de las casas medievales, con sus característicos cierres escalonados, tan propios de la arquitectura flamenca, cierran los laterales de este gran espacio abierto.
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