La película «Los Vikingos», de la que hablábamos en el último post, arranca con los títulos de crédito posados sobre unas bellas imágenes de lo que parece ser un bordado medieval. ¿Lo reconocéis? Es el Tapiz de Bayeux, unas de las muchas joyas que podemos encontrar si nos desplazamos hasta Normandía, en Francia.

La Batalla de Hastings

Recreación de la Batalla de Hastings (foto: Libertad Digital)

En 1066 los normandos, encabezados por el rey Guillermo de Normandía, atravesaron el Canal de la Mancha y atacaron Inglaterra, que en aquel momento se encontraba bajo el mandato de Harold el Sajón. Guillermo realizó este movimiento político para hacerse con la sucesión al trono de la corona inglesa. Normandos y sajones se enfrentaron en la Batalla de Hastings, en la que los invasores vencieron a los habitantes del lugar y dieron el poder al rey normando Guillermo que, a partir de ese momento, fue conocido como Guillermo el Conquistador. Hasta tal punto este acontecimiento se considera clave en la historia de Inglaterra que, hoy en día, la Batalla de Hastings se recrea en un magnífico ejercicio de reconstrucción histórica.
Y este es el acontecimiento que dio pie a la creación de esta extraordinaria obra de arte.

 

 

 

 

Catedral de Bayeux (foto: Bretaña-Normandía)

 

 

 

 

 

El Tapiz de Bayeux

Pocos años después, se realizó un tapiz bordado que relataba este episodio de conquista. El Tapiz de Bayeux es al mismo tiempo una bellísima obra de arte medieval y un documento histórico de primer orden. Se conoce también como Tapiz de la Reina Matilda ya que, según la tradición, fue ella, esposa de Guillermo el Conquistador, quien realizó el bordado. Probablemente fue un encargo de Odón, arzobispo de la localidad de Bayeux y hermanastro de Guillermo, para adornar la Catedral de este lugar, que fue consagrada el 14 de Julio de 1077.


A lo largo de casi 70 metros de longitud -y 50 cm de alto-, se van disponiendo sobre varios tramos de fino paño de lino una serie de escenas que relatan el episodio histórico, con un bordado en el que los hilos van marcando las siluetas de los motivos y personajes representados. La lana empleada cuenta básicamente con cuatro colores: rojo, amarillo, verde y azul. La minuciosidad con la que están plasmadas las escenas hace que el tapiz sea una fuente documental excelente para conocer aspectos de la vida y costumbres de la época medieval, con detalles que nos hablan de la arquitectura militar y civil, de las tácticas de combate, las armas empleadas, la construcción naval, la vestimenta, el mobiliario e, incluso, la gastronomía.

Desde 1980, puede visitarse en el Centro «Guillermo el Conquistador» en la ciudad normanda de Bayeux, que le da su nombre.

¿Os habéis quedado con ganas de conocer mejor la narración y de ver fotos en detalle del tapiz? Yo sí, pero me lo reservo para el post de la semana que viene, donde veremos con detalle todos los episodios descritos.

Musealización del Tapiz de Bayeux (foto: Camping in Paris)