Hablar de los orígenes del cine, aunque nos refiramos a taumatropos paleolíticos, me lleva inevitablemente hasta la figura de Méliès. Aunque estoy segura de que todos los lectores identificarán la famosa imagen de la luna con un cohete incrustado en el ojo no es tan seguro que todo tengamos claro que ese famoso fotograma de los inicios del cine pertenece a una película del cineasta francés George Méliès.
¿Quién fue Méliès?
Georges Méliès (1861-1938) fue un cineasta e ilusionista francés que se hizo muy popular en su época gracias a un conjunto de películas que supusieron una auténtica revolución en los primeros pasos del cine. Su ingenio y capacidad creativa le llevaron a crear toda una serie de artilugios y trucos que aplicó a sus películas generando los primeros efectos especiales de la historia.
No sólo aportó ingenios técnicos; también nociones de lenguaje cinematográfico que, hoy en día, nos parecen básicas, pero que en su momento supusieron un auténtico avance. Os cuento una de ellas: si vemos una escena en la que unos personajes se desplazan de la derecha a la izquierda de la imagen y en la siguiente escena vuelven a salir de nuevo por la derecha, nos está indicando movimiento, nos muestra cómo esos personajes se van desplazando sucesivamente por el espacio. Esto que es tan común en el cine de hoy supuso una nueva forma narrativa en el cine de principios del s. XX.
A través de distintos mecanismos como el stop trick, el time-lapse o las múltiples exposiciones conseguía general auténticos trucos de magia en la pantalla que epataban al público de la época, otorgándole el apodo de «mago del cine». Además, contaba con una imaginación desbordante, creando decorados llenos de fantasía, como los que podemos ver en «Viaje a la Luna» (1902) o «El viaje imposible» (1904). Para rodar estos ensoñadores paisajes creó los estudios de cine Méliès en Montreuil (París).
Qué mejor que ver su película más famosa para cerrar este post:
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