Cuando tuvimos la suerte de descubrir por casualidad el Pera Museum, paseando por las calles de Estambul, dimos con una completa y fantástica exposición de Andy Warhol y otra que nos permitió descubrir a un artista realmente fascinante: Stephen Chambers.
Stephen Chambers
Stephen Chambers (1960) es un pintor británico, formado en la Winchester School of Art y en la St. Matin’s School of Art, que cuenta en su curriculum con importantes becas y exposiciones, entre las que se encuentra su proyecto más reciente, expuesto en la Bienal de Venecia.
Cuenta con una variada obra, en la que priman óleos de pequeño tamaño, gran colorido y una narrativa compleja. De hecho, en muchas de sus obras, independientemente de la cuidada estética, lo realmente importante es la historia narrada, el contenido que se esconde tras esas coloristas imágenes que en ocasiones recuerdan a las ilustraciones de los cuentos infantiles. Con una paleta de color saturada y una cuidada pincelada, va presentando personajes enigmáticos y paisajes oníricos. Contemplando sus obras queda en evidencia que responden a un relato aunque el significado del mismo se nos escape. Es lo que ocurre con la serie de «Proverbios flamencos» que se exhibía, entre otras obras, en la exposición del Pera Museum. Cada uno de estos doce trabajos recoge un refrán de origen flamenco, como el que mostramos delante del párrafo, que lleva como título «Aquel que se siente impelido a involucrarse en trabajos inútiles, esparce el suelo con rosas para cerdos».
Los retratos también son un tema habitual del artista británico. Con la misma paleta de colores saturados, son, sin embargo, más sobrios en las composiciones. Y aunque todos tienen ciertos toques caricaturescos en la representación del rostro humano, consiguen mantener la profundidad psicológica del personaje.
En la exposición del Pera Museum, también exponía una gran obra, titulada «The Big Country» (2012), conformada por una serie de impresiones gráficas e inspirada en los vastos paisajes del western del mismo título, película de 1958. Aunque Chambers es sobre todo conocido por su faceta como pintor, las impresiones han otorgado a su obra nuevas formas de expresión artística, siendo una constante repetida en su trabajo. En «The Big Country», una serie de personajes históricos tanto reales como imaginados se van mezclando en una serie de encuentros ficcionados que tienen el concepto de «viaje» como punto en común. De ahí la representación de los cinco continentes y de los puntos de salida de uno a otro.
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