Tras explicar la semana pasada las diferencias entre cristal, vidrio y cristal de roca, creo que estamos preparados para conocer este espectacular ajuar de época romana, fabricado excepcionalmente en cristal de roca.

El vidrio y el cristal de roca en la época romana

Las producciones en vidrio de la época romana constituyeron un importante apartado dentro de su producción artesanal, constituyendo productos de lujo asociados con la vajilla de mesa o el mundo de la higiene y la belleza. Mucho menos habitual, era el uso del cuarzo o del cristal de roca para, tallándolo o puliéndolo, elaborar objetos o pequeñas figurillas, como es el caso de la bola de cuarzo Ablanatalba de Copenhague.

En la Península Ibérica contamos con un ejemplo excepcional del uso del cuarzo. Se trata de un ajuar funerario que hoy en día podemos contemplar en el Museo Arqueológico de Cádiz.


La tumba se excavó en 1997 en el centro urbano de Cádiz y fue datada en el s. I d. C. Se trataba de una gran tumba de sillares que incluía todo un repertorio de pequeños objetos exquisitamente tallados en cristal de roca: una jarrita con dos asas, figurillas de insectos, caracolas y conchas y jarritas de menor tamaño. Además, incluía otras piezas en ámbar, un espejo de tocador, un brazalete y una redecilla de oro para los cabellos, entre otras. Por encima de todos los demás objetos, las piezas talladas en cristal de roca son las que despiertan más admiración, dada la dureza y la dificultad para trabajar este material, que necesariamente nos están hablando de un trabajo especializado de gran destreza.

Junto con los valiosos objetos, reposaban dentro de una urna de plomo los restos cremados de una niña o adolescente, sin duda perteneciente a la alta sociedad de la época, dado lo excepcional de su ajuar. ¿Quién pudo ser esta niña que se llevó consigo estos delicados tesoros?