La cultura swahili
Aunque habitualmente tendemos a identificar el swahili con una lengua, en realidad ésta, estrictamente hablando, se conoce como kiswahili. Swahili es un término más genérico que se corresponde con una identidad y una cultura, desarrollada a lo largo de los últimos siglos en la costa oriental africana. Mientras el idioma swahili es la lengua oficial de países como Kenia y Tanzania, y también se habla en otros estados del entorno, la cultura swahili se circunscribe exclusivamente al área litoral.
La base que definió el mundo swahili se constituyó a partir de una interacción de los elementos indígenas africanos y las influencias externas, principalmente de origen árabe. La costa se fue poblando de una serie de ciudades, que alcanzaron su máximo esplendor durante los s. XIV y XV, gracias a los intercambios comerciales a través del Índico. Entre los elementos más característicos destacan un urbanismo avanzado, la arquitectura en piedra y la existencia de élites gobernantes plenamente islamizadas.
Entre estas ciudades, popularmente conocidas como stonetowns ociudades de piedra (nombre que mantiene la capital de la isla de Zanzíbar, uno de los más importantes emplazamientos swahilis), se encuentran Shanga y Manda (archipiélago de Lamu, Kenia), Kilwa o Mafia (Tanzania). Estaban gobernadas por sultanes que aglutinaban el poder político y económico a través del control de las rutas comerciales y de su posición como líderes religiosos islámicos. Construyeron estructuras monumentales en piedra y mezquitas. Creció la producción artesanal y aumentó la dicotomía entre la clase mercantil y los agricultores, por un lado, y las ciudades y las aldeas, por otro. Había una vida urbana en la que confluían los líderes políticos con el desarrollo del comercio, la producción artesanal y la arquitectura monumental.
Tal era la riqueza de estas ciudades que los intercambios comerciales a través del Índico llegaban hasta la India y China. Aprovechando los vientos monzones del océnao, los dhows, barcos característicos de la costa africana oriental, surcaban las aguas para exportar madera e importar a cambio exquisitos productos manufacturados, entre los que destacaban las ricas telas o las delicadas cerámicas chinas.
El mundo swahili hoy en día
Las ruinas de los palacios swahilis zanzibaríes o de ciudades monumentales como Kilwa son, hoy en día, poco frecuentadas por los turistas y totalmente ajenas a las poblaciones actuales. Y, sin embargo, son los actuales habitantes de los archipiélagos keniatas y tanzanos, y del litoral de ambos países, los auténticos herederos del mundo swahili. Todavía hoy en día conviven una marcada identidad africana con las influencias árabes que han sobrevivido a lo largo de los siglos y que, hoy en día, se manifiestan principalmente a través de la religión islámica. La propia lengua swahili aglutina palabras de raíz africana y de origen árabe, junto con neologismos procedentes del inglés.
Las mujeres swahilis se visten con el khanga, una llamativa pieza de tela que parten en dos trozos, uno para enrollarse en torno a la cintura, cayendo hasta los pies, el otro para cubrirse la cabeza. Los khangas de brillantes colores incluyen refranes impresos en swahili que hacen referencia al universo femenino y al ámbito doméstico. La economía local sigue muy vinculada a la explotación de los recursos marítimos, de tal forma que es frecuente ver a mujeres y niños recogiendo algas en las inmensas playas de arena blanca, mientras los hombres son, en muchos casos, pescadores. Hoy en día los dhows siguen construyéndose de forma tradicional, aunque su papel ha quedado relegado al transporte en distancias cortas y a la pesca.
Si os apetece ampliar más información sobre la cultura y la Arqueología swahili, podéis consultar un artículo que escribí sobre este tema hace algún tiempo. ¡Todo un hallazgo arqueológico muy poco conocido en nuestro país!
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