Patricia Sandonis y la memoria Avant Garde
La artista Patricia Sandonis ofreció un taller participativo en el Museo Oiasso de Irun, con motivo de la residencia artística que llevó a cabo durante el mes de diciembre de 2018. Sandonis propuso a los asistentes una reflexión sobre la artificialidad de la construcción de la memoria, tanto individual como colectiva, principalmente a través del rastro que dejamos en las redes sociales o en las fotos que sacamos con nuestros teléfonos móviles. ¿Hasta qué punto se podría recrear una imagen fidedigna de nuestra individualidad o de la sociedad en la que estamos inmersos a través de esos álbumes de fotos? ¿Si alguien buceara en el futuro en nuestro Instagram, acertaría en la percepción de lo que somos o llevaría a cabo una lectura absolutamente distorsionada? ¿Y si quisiéramos construir nuestra memoria futura a través de una obra de arte con imágenes, frases, recortes? Eso es la memoria Avant Garde: una memoria anticipada, adelantada, una memoria presente que se construye pensando en el valor que tendrá en el futuro. Todo un ejercicio de creación y reflexión.
Bucea en tu Instagram
El taller comenzó con un ejercicio muy simple. Cada uno de los asistentes tuvimos que seleccionar una foto de las que guardamos en nuestro teléfonos móviles, hecha por nosotros y, a ser posible, publicada en una red social. A continuación pasamos la foto a nuestro compañero de la derecha que tuvo que, sin conocernos, interpretar la foto y hablar de qué pesona y qué contexto se podría esconder tras la misma.
Esta es la foto que me llegó a mí:
Lo que dije: se trata de una foto hecha a una lámina o grabado en una exposición de arte, dentro de un museo o galería, por lo que se trata de una persona a la que le gusta visitar museos y le interesa la creación artística. Es una mezcla extraña: por un lado, el dibujo de la parte inferior recuerda a los dibujos naturalistas del s. XIX, de carácter científico; sin embargo, la ilustración de la parte superior tiene un marcado tono surrealista, que recuerda al universo de pintoras como Eleonora Carrington o Remedios Varo.
La realidad: se trata de una foto realizada a la página de un libro sobre peces que la autora de la foto tiene en casa. Le encantan los peces y la forma de representarlos. Hace poco le pidieron consejo para hacer un regalo y se acordó de este libro de cuidada edición, así que sacó una foto de la portada y varias de su interior para enviar la recomendación.
Y esta es la foto que elegí yo:
Lo que dijeron: se ve que es una foto antigua por el color amarillento. La niña parece enfurruñada. Está junto a un hombre con el que podría tener una relación cercana, pero al mismo tiempo da la sensación de que algo les distancia. Probablemente es un pariente cercano, con el que igual tiene una relación de cariño pero también algo conflictiva.
La realidad: la niña de la foto soy yo, junto con mi padre, el día de mi primera comunión. No recuerdo estar enfurruñada en absoluto; de hecho, es un día del que tengo buen recuerdo. La foto apareció recientemente en casa de mi padre y le saqué una foto con mi móvil para subirla a Instagram porque me encantó, principalmente porque me recordó muchísimo al look de la Princesa Leia de Star Wars. No deja de ser totalmente paradójico, ya que una de las cosas que mejor recuerdo de mi primera comunión es que yo querría haber ido vestida de princesa, como la mayoría de mis compañeras de clase, con aquellos vestidos llenos de tul y bordados, y sin embargo mis padres optaron por la sobriedad y me vistieron con una túnica blanca y una cruz de madera. Curiosamente, 40 años después, me di cuenta de que al final la más princesa de todas resulté ser yo, princesa galáctica, al fin y al cabo.
El taller siguió por otros derroteros. Elegimos un tema que plasmamos gráficamente en una obra conjunta realizada entre todos. Para ello tuvimos que definir una imagen que representara la idea o emoción escogida, otra que hablara del contexto y una tercera, para relacionar todo ello con una acción de nuestra vida cotidiana. Así seguimos analizando la forma en la que la memoria se define a través de nuestros gestos cotidianos y el contexto que lo rodea.
Un experimento para todos
¿Os gustaría participar en el experimento Avant Garde? Os propongo lo siguiente: compartir en Instagram o Twitter una foto hecha por vosotros con el hashtag #MemoriaAvantGarde, sin texto ni explicación alguna. Podéis añadir, eso sí, algún comentario que contextualice el experimento, del tipo «¿qué hay detrás de esta imagen? ¿cuál es su contexto o el perfil de su autor o autora?». Veamos si la gente responde, qué ven detrás de la imagen, para contrastarlo después con la auténtica realidad. Y comprobemos si, efectivamente, estamos construyendo una visión absolutamente distorsionada de nuestro presente.
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