
En «La leyenda de Jaun de Alzate», Pío Baroja ofrecía una bella y sugestiva descripción del río Bidasoa, río que nace en Navarra y desemboca en Gipuzkoa, pasando en su último tramo por Irun y Hondarribia: «Soy un río pequeño, pero con gracia y con más fama que muchos ríos grandes. De mí han hablado Estrabón, Tolomeo y Plinio. En mí hay un poco de la severidad de Navarra, algo de la blandura de Guipúzcoa y de la cortesía de Francia. Medio navarro, medio guipuzcoano, medio francés, desde Chapilateco-Arria hasta el cabo de Higuer de San Telmo soy internacional. Paso por valles anchos y soleados y por cañadas estrechas; reflejo las faldas verdes de los montes, los palacios y las chozas de mis orillas y los pueblos pequeños, con casas viejas, con un escudo que coge media fachada. En invierno mujo como un toro y me lanzo en olas furiosas llenas de espuma; en el verano tengo remansos tranquilos y verdes, y entre las rocas avanzo reptando como una serpiente. Al oscurecer, mi superficie se torna azulada, y duermen de noche en mi fondo millares de estrellas.»
Esta poética descripción nos muestra al río como un espacio que, con el vocabulario actual, definiríamos como transfronterizo y multicultural, un río lleno de historia en torno al que se agolpan recuerdos vinculados con la memoria colectiva e individual. De esta idea surgió el proyecto «Cartografía Emocional del Bidasoa«, que mediante el tándem conformado por Bitamine Faktoria y Los Viajes de Aspasia, generó una pieza artística basada en los resultados de una investigación antropológica sobre la memoria colectiva e individual en torno al Bidasoa. En la primera parte del trabajo, se llevó a cabo una recopilación de la historia de la cartografía artística (mapas que incluyen elementos decorativos, como cartelas, cenefas, animales o monstruos marinos) y de la que bautizamos como cartografía emocional (la representación de conceptos abstractos o emociones a través de un diseño que remite a la representación cartográfica). En la segunda parte, a través de encuestas y entrevistas grupales, se recogió la percepción emocional que los habitantes de Irun, Hondarribia y Hendaya tienen del Bidasoa y de su historia.
Como ocurre con el mismo río, este proyecto fluye y se ha transformado en el «Atlas Emocional del Bidasoa«, una nueva fase coordinada por Helga Massetani Piemonte y María José Noain Maura. El «Atlas Emocional del Bidasoa» es una pequeña pieza artística que incluye diez cuadernos literarios escritos por María José e ilustrados por Elena Odriozola. Los cuadernos recogen diez temas, aquellos que tuvieron mayor protagonismo en las encuestas y en las entrevistas grupales de la fase de investigación, como los recuerdos de infancia, los oficios desaparecidos, la frontera, el contrabando, la migración o los acontecimientos históricos más destacados, en los que el Tratado de los Pirineos y la boda de María Teresa de Austria y Luis XIV ocuparon un lugar especial.
Las imágenes de Elena han sido creadas en consonancia con lo narrado en cada cuaderno, constituyendo imágenes independientes. Pero al mismo tiempo, forman una única composición que, colocada una ilustración al lado de la siguiente, conforman un bellísimo perfil del río con cada una de sus historias concatenándose con las demás. El río es memoria, es emoción, es historia, es un espacio en permanente mutación, mudo testigo de miles de años de historia.
Si te interesa hacerte con un Atlas, puedes mandar un email a faktoria@bitamine.net o a info@losviajesdeaspasia.com.
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