La Gallerie dell’Accademia de Venecia es el mejor lugar del mundo para conocer la Escuela Veneciana, una corriente pictórica que, a caballo entre el Renacimiento y el Manierismo, hizo un uso exaltado del color con artistas de la talla de Tiziano, Tintoretto o El Veronés. Pero el museo, además de mostrar numerosas obras de estos tres nombres propios, incluye magníficos ejemplos del trabajo de Bellini, Carpaccio y también pintores flamencos como El Bosco.
El Bosco en Venecia
Son varias las obras de El Bosco (1450-1516) que se encuentran en Venecia, pero la que ocupa este post es la titulada “Tríptico de Santa Liberata“, óleo pintado por el extravagante artista entre 1495 y 1505. Lo primero que me llamó la atención de la obra fue ver a una mujer crucificada, porque, aunque la lista de santas sometidas al martirio es interminable, cuando hablamos de crucifixiones es más común encontrarnos con hombres.
De hecho, la pintura de El Bosco no había sido claramente interpretada hasta que en una restauración reciente, apareció un ligero pelo en la mandíbula de la crucificada. Este detalle que ofreció la limpieza de la tabla permitió identificarla con Wilgefortis.
Los dos laterales del tríptico no parecen estar directamente relacionados con la historia de la santa. El de la izquierda presenta una visión del infierno de San Antonio. A la derecha vemos un desolado paisaje, que evoca una visión apocalíptica del a muerte, y dos figuras en primer plano que señalan el panel central.
La pintura procede de la colección de Domenico Grimani (1461–1523), un prolífico coleccionista de arte. Durante los siglos XVII y XVIII el tríptico aparece documentado en varios documentos de los archivos del Palazzo Ducale. Tras la conquista austriaca de Venecia, fue trasladado a esta ciudad en 1838, pero en 1919, al finalizar la Primera Guerra Mundial, el estado italiano recuperó el cuadro, pasando a ingresar en la Academia.
Santa Librada, Liberata o Santa Wilgerfortis
¿Y quién es esta peculiar Santa barbuda? Santa Wilgefortis fue una mártir que no tuvo una base real, pero gozó de gran popularidad desde finales de la Edad Media. Su nombre provenía de virgo fortis (mujer fuerte), aunque en España fue conocida como Santa Librada, Liberata en Italia y Uncumber en Inglaterra. Según la leyenda, Dios le otorgó una barba su noche de bodas, para que de esa manera su marido la repudiara y pudiera preservar su castidad, el don más preciado de las mujeres cristianas. ¿Se os ocurre un método más expeditivo? Su padre montó en cólera, y la condenó a muerte y al martirio.
En el ejemplo de El Bosco, en la tabla central del tríptico, aparece a la derecha, ricamente vestido, el padre de Wilgefortis, que la sometió al trágico castigo. También vemos a su esposo, desmayado hacia atrás por la deriva de los acontecimientos.
No se sabe muy bien de dónde procede su leyenda, pero es posible que se iniciara a partir de una desviación iconográfica de la Santa Faz de Lucca (Italia). Se trata de una escultura medieval, del s. X/XI, que representa a Cristo crucificado. Va vestido con túnica en vez de con paño de pureza, como era común en el Mediterráneo oriental, pero muy poco común en occidente. Una copia milagrosa que de esta escultura llegó a Flandes a finales del s. XIV. La originalidad de esta iconografía en el norte de Europa hizo que se confundiera con una mujer, pero llevando barba, lo que pudo el germen de la historia de Santa Wilgerfortis.
Santa Librada y el violinista
El culto de Santa Librada continuó generando historias. En la Catedral de Sigüenza se conservan sus supuestas reliquias en una capilla dedicada a ella, que, en realidad, mezcla datos con otra Santa Librada de origen gallego. Y posteriormente se incorporó la figura de un violinista que, a cambio de tocar ante la joven crucificada, recibió de ella una de sus botas de oro. Acusaron al violinista de haber robado la bota y, condenado a muerte, pidió como último deseo volver a tocar ante la santa. Ante todo el pueblo que se había reunido para ver su ejecución, la santa le lanzó su segunda bota, demostrando ante todo el mundo su inocencia.
Muy curioso. La primera vez que oigo hablar de esta santa.
No conocía a esta santa ,historia curiosa