La Arqueología, la Antropología y la Etnografía sobrevolaban nuestras dos últimas entradas, tanto por la afición que Frida Kahlo y Diego Rivera sentían por las culturas precolombinas e indígenas de México como por los objetos localizados en las excavaciones del Templo Mayor de Tenochtitlán. Así que juntemos Antropología, Etnografía, museos y coleccionismos y demos de nuevo un pequeño salto para volver a Europa.
El Museo Quai Branly
El Museo Quai Branly de París es probablemente el museo antropológico y etnográfico más completo que podemos encontrar en Europa y no es de extrañar si pensamos que las colecciones son las del antiguo Museo del Hombre, que estaba situado en el Trocadero. En el año 2006 se inauguró el nuevo edificio, cruzando el Sena y manteniendo la proximidad a la Torre Eiffel y al Campo de Marte. El carácter decimonónico que tenía la antigua sede desapareció totalmente en la nueva propuesta museográfica cuyo edificio diseñó el famoso arquitecto Jean Nouvel.
Desde su jardín vertical en la fachada, el primero que he conocido, al que luego han seguido otros tantos como el de Caixa Forum en Madrid o el Museo Sal Telmo en Donostia-San Sebastián, hasta sus «cajas» salientes en la fachada, que albergan pequeños módulos relacionados con el patrimonio musical, pasando por su arquitectura interior orgánica, toda la propuesta arquitectónica enlaza perfectamente con la museográfica y la filosofía expositiva del museo francés.
Las colecciones
El elemento común a todas las piezas de la colección es que se trata de objetos representativos de culturas y civilizaciones de todos los continentes, excepto Europa. Es decir, ítems que representan las culturas no occidentales que hasta hace no tanto tiempo eran conocidas bajo el nombre de «primitivos actuales», por hallarse en estadios tecnológicos (que no culturales) similares a los de la Prehistoria europea.
El germen de la colección del antiguo Museo del Hombre, como en la mayoría de los museos etnográficos, tenía que ver precisamente con el exótico interés de los países europeos colonizadores por estas culturas indígenas. La Antropología del siglo XXI, presenta una mirada diferente, libre de etnocentrismos y, por tanto, un tratamiento diferente de los objetos materiales y de los testimonios inmateriales que se exponen en el Quai Branly.
En el museo, el color de los elementos arquitectónicos remite al continente en el que nos encontramos en cada momento. La irregularidad del suelo intenta recrear la sensación de andar por un camino natural. Junto con artefactos que tienen que ver con la vida cotidiana de las sociedades tradicionales, también encontramos testimonios audiovisuales que recogen elementos del patrimonio inmaterial.
Una auténtica inmersión en las culturas tradicionales de todo el mundo.
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