San Ambrosio de Milán
La Basílica de San Ambrosio toma el nombre de su fundador, el obispo Ambrosio de Milán que propició su construcción entre los años 379 y 386 d. C. Su aspecto actual, sin embargo, tiene que ver con las reformas medievales que hacen de ella el más importante ejemplo de arquitectura románica de Lombardía. La forma original de la construcción del s. IV debió de tener planta basilical dividida en tres naves, con un único ábside. Este modelo era característico de las primeras iglesias paleocristinas y fue ampliado a finales del s. IX o comienzos del X cuando se añadieron los ábsides menores y la cripta. Su definitiva forma románica data de finales del s. XI y principios del XII.
Una de las joyas de la basílica, es un sarcófago romano de época tardoantigua conocido como «del Stilicone«. El sarcófago fue integrado en la construcción de un púlpito de mármol, formando un conjunto patrimonial extraordinario, que mezcla lo clásico con lo medieval.
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