El Cubismo fue uno de los movimientos más revolucionarios de la Historia del Arte. ¿Quieres saber por qué?

El Cubismo

Picasso por Juan Gris

Picasso por Juan Gris (imagen: Wikimedia Commons)

Desde la conquista de la perspectiva en el Renacimiento, la pintura había seguido una forma de representación tradicional que se había mantenido a través de todas las corrientes y estilos. Con la irrupción de este movimiento, iniciado por el malagueño Pablo Ruiz Picasso y el francés Georges Braque a partir de 1907 (y prolongándose hasta 1914), el sistema de perspectiva y representación tradicional se hizo añicos.

El Cubismo fragmentó la realidad, plasmando esta desde una multiplicidad de puntos de vista, descomponiendo los volúmenes y mostrando perspectivas invertidas o, directamente, eliminado la perspectiva.

¿Qué son los «ismos»?

El nombre de este «ismo» fue propuesto por el crítico Louis Vauxcelles, con el mismo tono despectivo con el que había bautizado al Fauvismo y sus «fieras». Tenía que ver con la plasmación de la realidad a través de cubos y lo cierto es que tanto Picasso como Braque estuvieron muy influenciados por Paul Cézanne y su visión geométrica, caracterizada por el uso de esferas, conos y cubos en sus bodegones y paisajes.

Los géneros y los tipos de Cubismo

La fábrica de Horta d´Ebre

La fábrica de Horta d´Ebre. Picasso (imagen: Slobdika)

Casas de l’Estaque. Braque (imagen: ArtsDot)

Precisamente paisajes fueron los primeros cuadros cubistas de Picasso y Braque. El pintor español había pasado ya por sus etapas azul y rosa cuando comenzó a experimentar con esta nueva visión de la realidad. Su Fábrica de Horta d’Ebre, con los volúmenes geométricos y la sobriedad de su fama cromática, recuerda mucho a los paisajes de l’Estaque de Braque, como resultado de la experimentación que iniciaron juntos.

Los primeros paisajes cubistas evolucionaron hacia los otros dos géneros por antonomasia del Cubismo: los bodegones y los retratos. Esta primera etapa es conocida como Cubismo analítico y, aunque nunca abandonó la figuración, según los artistas fueron desarrollando la práctica pictórica, el resultado se fue haciendo más y más complejo, a la vez que la paleta se fue reduciendo a tonos grises y ocres.

En ejemplos como Mujer con mandolina de Picasso o El Portugués de Braque cuesta distinguir la figura humana que se organiza en torno a planos yuxtapuestos que parecen componer un puzzle. Una novedad fue la introducción de letras que, en 1912, derivó a otra de las innovaciones más singulares del Cubismo: el collage.

Mujer con mandolina. Picasso

Mujer con mandolina. Picasso (imagen: Harthive)

La incorporación del collage

Ese año, en su Silla con hule, Picasso pegó un trozo de este material para simular la rejilla de la silla. Trozos de periódicos, papeles pintados y otro tipo de elementos se incorporaron a la superficie de la obra, no solo en el caso de Picasso o Braque, sino también en el de otros artistas cubistas como Juan Gris o María Blanchard.

El Cubismo analítico evolucionó al Cubismo sintético, en un intento por no alejarse demasiado de la realidad. Por su parte, el collage se convertiría en una de las técnicas favoritas del Dadaísmo, como se ve en la obra de Haussman o Hannah Höch. Y, aunque el Cubismo como tal terminó por desaparecer, su impronta fue esencial en la gran mayoría de artistas de la primera mitad del s. XX.