Tras dos entradas anteriores, una sobre los studiolos de los Montefeltro y la segunda sobre la perspectiva del Renacimiento, José Luis Noain sigue compartiendo con nosotros sus conocimientos sobre el dibujo en perspectiva.

El segundo procedimiento de la perspectiva cónica

Al considerable progreso que en el dominio de la perspectiva alcanzaron los pintores del Renacimiento italiano, siguieron sin interrupción nuevas aportaciones en la época manierista, seguidas más tarde, en el periodo Barroco, por las magistrales contribuciones, entre otras, de Velázquez y Vermeer. Ambos fueron pintores que alcanzaron el pleno dominio de la perspectiva tanto lineal como aérea y, en consecuencia, maestros en la representación del espacio, de la luz y de los efectos ópticos causados por la atmósfera.

Entre el nutrido número de excelentes ejemplos manieristas, llama la atención el cuadro de «Las bodas de Caná» de Paolo Veronese (1528-1588). Fue pintado para el refectorio del monasterio benedictino de San Giorgio de Venecia, estancia proyectada por Andrea Palladio (1508-1580), cuya influencia se dejó sentir en las arquitecturas representadas posteriormente por el pintor veneciano. Entregada en 1563 y confiscada por Napoleón tras su campaña italiana de 1797, fue trasladada a Francia pese a las dificultades del desmontaje de la tela y el bastidor, de su transporte y de su posterior reinstalación. Puede contemplarse actualmente en el Museo del Louvre, junto a la Gioconda de Leonardo da Vinci.

Las bodas de Caná, Veronese
Bodas de Caná. Óleo sobre lienzo. 6,67 x 9,94 metros. Museo del Louvre
(foto: Universidad Francisco Marroquín)
El matrimonio Arnolfini
El matrimonio Arnolfini, Jan Van Eyck.
82 x 60 cm. (Foto: Salir con Arte).

En el periodo barroco, destaca un buen número de pintores de la Escuela Flamenca que, partiendo del lejano pasado gótico de Jan Van Eyck (1390-1441), fueron sucediéndose en el estudio y desarrollo técnico aplicados a la representación de estancias e interiores burgueses. Entre ellos, Emanuel de Witte (1617-1691), Pieter Jansz Senredam (1597-1665) y, el más universal de todos, Johannes Vermeer (1632-1675), pintor del que puede decirse que, junto al español Diego Velázquez (1599-1660), alcanzó el máximo nivel en el estudio y representación pictórica de fenómenos perceptivos.

 

 

 

 

 

 

 

Sobre la técnica de ambos, hay opiniones merecedoras de consideración que sostienen la más que probable utilización de la cámara oscura en la realización de cuadros como «El arte de la pintura», «El geógrafo», «La vista de Delft» o «Las Meninas», al igual que cien años más tarde lo hiciera Canaletto, sobresaliente pintor de “vistas” que ocupará parte de la siguiente reflexión sobre la perspectiva.

Procedimiento segundo. De planta, trazas y puntos de fuga

Fig.1. Conjunto: Observador y asunto. Vista posterior. (Dibujo: José Luis Noain)



A semejanza del capítulo anterior, se parte de la imagen de un observador, en este caso sentado en un sillón Eames, que dirige su mirada a un televisor y a la mesilla que le sirve de soporte. En el primer supuesto, el rayo visual principal se dirige perpendicularmente hacia la pantalla, formando con ella un ángulo de 90 grados, guardando parte de las líneas del televisor y la mesilla estricto paralelismo entre sí. La imagen percibida o perspectiva resultante se corresponde con la figura número 3. Las líneas del dibujo en perspectiva resultan horizontales o concurrentes en un único punto de fuga (punto central).

 

 

 

 

Fig.2. Conjunto: Observador y asunto. Vista lateral. (Dibujo: José Luis Noain)

Fig. 3. Perspectiva resultante. (Dibujo: José Luis Noain)

Fig. 4. Observador y asunto. Vista posterior. (Dibujo: José Luis Noain)

En el segundo supuesto, el observador conserva la posición anterior, incluida la dirección del rayo visual principal. La mesilla y el televisor se han girado independientemente una del otro, perdiéndose con ello el paralelismo y originándose líneas en diferentes direcciones y sus correspondientes puntos de concurrencia. En este caso la imagen que percibe se corresponde con la figura nº 6 construida con cuatro puntos de fuga.

 

 

 

 

 

 

Fig. 5. Observador y asunto. Vista lateral. (Dibujo: José Luis Noain)

Fig. 6. Perspectiva resultante. (Dibujo: José Luis Noain)

A continuación mostramos, como complemento a la Fig 6., la visualización de la perspectiva, de la línea de horizonte (LH) y de la evidencia de los diferentes puntos de fuga: f, f´y f.

Por último, dos ejemplos de un dibujo y un óleo, en los que se ha trabajado con el uso de la perspectiva cónica:

Dibujo de José Luis Noain para portada de un estudio sobre perspectiva en relación con el Museo Nacional de Arte Romano de Mérida, obra de Rafael Moneo.

Óleo de José Luis Noain

Óleo de José Luis Noain